· La simple acción de escuchar música nos aporta estos
beneficios:
Aísla
al estrés. Escuchar media hora de música suave aunque sea dos
veces por semana, reduce significativamente los niveles de estrés y ansiedad.
Escuchar música suave también ayuda a reducir la frecuencia cardíaca y la
presión arterial.
Aumenta
el rendimiento. La música no solamente elimina la sensación de
fatiga, cansancio y aburrimiento sino que también puede actuar como un
estimulante que aumenta la productividad.
Facilita
el sueño. Escuchar música de baja frecuencia induce a la
relajación, y facilita y mejora el sueño.
Aumenta
el optimismo. La música también puede ser usada para trasladarnos
a un estado de ánimo mucho más positivo. Gracias a la música recordamos
momentos felices, pero también aumentamos la autoestima y la confianza en
nosotros mismos.
Invita a socializar. La
música une a personas que comparten una pasión similar. Ayuda a conocer gente
nueva, a hacer vida social y a unir grupos.
Buena para meditar. Las
melodías suaves tienen un efecto mágico y relajante sobre los estados de
tensión y el estrés del día a día. Ayuda a meditar a muchísima gente que hasta
entonces tenía dificultades para hacerlo, y está demostrado que dedicar unos
minutos al día a la música de baja frecuencia es una de las mejores técnicas de
relajación que existen.

